Mindfulness: atención plena para el aula y para la vida
El Mindfulness no es un modelo pedagógico, ni es una metodología, ni siquiera diría que es un recurso. Quizás podría encuadrarse dentro de las técnicas de trabajo o de las herramientas, incluso podría presentarse como una actividad de clase, dependerá de cómo lo llevemos a cabo. Aunque no es solo para el aula, es para la vida. Sin duda, se encuentra en relación directa con la educación emocional y con el desarrollo de las inteligencias intra e inter personales.
Atención plena
De nuevo estamos ante un anglicismo, no necesario pero muy cool, que hace referencia a la atención plena. Aunque quizás diciendo esto nos hayamos quedado como estábamos, por lo que es preciso aclarar esa idea. El Mindfulness tiene que ver con ser capaz de evadirse, de relajarse, de no pensar en nada o, más bien, de concentrarse en uno mismo. Tiene que ver con la percepción del pasado, del presente y del futuro. Tiene que ver con la consciencia de los propios sentimientos, con ser capaz de reconocer lo que sentimos sin juzgarlo. Y también tiene que ver con los demás. Porque cuando nos entendemos mejor a nosotros mismos, cuando nos aceptamos como somos, aceptaremos mejor a los demás, seremos menos intransigentes en nuestras relaciones con otras personas.
Se trata de parar el mundo un poco. Como suele decirse: paren el mundo que me quiero bajar. Se trata de ralentizar, de poner a cámara lenta, o incluso en pausa, todos los problemas, creados, inventados o reales, que nos rodean y, sobre todo, esos que habitan en nuestro interior. También se trata de aprender a relativizar. Vamos, por usar el término técnico, aprender a quitarle hierro al asunto.
El Mindfulness tiene que ver con desconectar del ruido interior.
Como el gran Mario Alonso Puig dice, es ir más allá de nuestra forma tradicional de pensar, más allá de la imagen que vemos reflejada en el espejo. No es solo huir del mundanal ruido, sino, sobre todo, del ruido interior. Nos cuesta mucho estar en el aquí y en el ahora, vivimos de recuerdos pasados y de angustias sobre el futuro. Nunca disfrutamos de lo que estamos haciendo en el momento.
En este mundo multitarea en el que vivimos, ¿cuál fue la última vez que hiciste una sola cosa a la vez, centrado totalmente en ella y sin estar pensando o haciendo nada más?
Experiencias en el aula
El Mindfulness es una materia básicamente práctica que combina meditación, respiración y reflexión. Mediante su práctica, los alumnos podrán desarrollar su capacidad de atención, de observación y de escucha, aprendiendo a conocerse mejor, a ellos y a los demás. Se han hecho estudios en diferentes etapas educativas, obteniendo resultados muy prometedores, tanto en Infantil, por ejemplo, como en colegios con altos índices de absentismo y conflictividad.
Una clase dedicada al Mindfulness también tiene una estructura básica, con una parte introductoria de relajación y respiración, una posible parte de introspección y meditación, práctica de técnicas de atención plena, además de un tiempo dedicado a la educación emocional, compartiendo sentimientos sin juicios ni prejuicios y aprendiendo a templar los ánimos en situaciones de estrés. Los alumnos pueden cubrir un cuestionario final para ver si se han conseguido los objetivos que se hubiesen planteado previamente. Añadido a ello, los alumnos pueden elaborar su propio diario de meditación, en el que podrán ir escribiendo sobre las sensaciones vividas en el aula.
Para el desarrollo de estas actividades, debemos contar con un lugar que sea transmisor de paz y tranquilidad. Aunque eso no es impedimento para que pueda estar decorado con carteles, que podrían ser elaborados por los propios alumnos. Además, la experiencia se puede acompañar con música o incienso, esto es, elementos que ayuden a relajar todos los sentidos. Aun así, su práctica no siempre debe estar limitada a las cuadro paredes del aula y a unos estudiantes determinados, ya que puede incluir, por ejemplo, visitas otras clases y a otros compañeros, además de poder incorporar a familiares u otros miembros de la comunidad y del entorno como parte activa de las actividades.
En algunos centros, se incluye el Mindfulness como asignatura, en otros hemos podido ver cómo se introducen momentos diarios de relajación no vinculados a una materia en concreto, sino como parte de la rutina de los alumnos.
Beneficios de su práctica
Como ya comentábamos anteriormente, el Mindfulness:
-Contribuye a desarrollar la atención, la concentración, a reducir el estrés, la ansiedad y la fatiga.
-Influye en la educación emocional y la educación en valores.
-Favorece el autoconocimiento y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás, con empatía y benevolencia.
-Nos ayuda a relacionarnos de forma proactiva, en vez de reactiva.
-Permite reflexionar sobre cómo nos sentimos, sin juzgarnos, siendo capaces de reconocer nuestros sentimientos.
El Mindfulness nos ayuda a relacionarnos de forma proactiva, en vez de reactiva.
¿Por qué no empezamos por respirar tres veces? cerremos los ojos, aspiremos por la nariz y expiremos muy despacio por la boca. Siempre le puedes añadir una lista de sonidos de la naturaleza de Spotify. Haz la prueba. Ya pensarás más tarde en llevarlo al aula, ahora dedícate cinco minutos, que te los tienes bien merecidos.