Tipos de fracaso escolar, ¿cuáles son las causas y cómo prevenirlo?
El fracaso escolar se define como la dificultad para superar las diferentes etapas de enseñanza obligatoria que, en el caso de España, se establece hasta los 16 años (cuarto de la ESO). Esto puede derivar en un abandono escolar prematuro, la repetición de cursos, dificultades graves de aprendizaje y, a medio-largo plazo, en dificultades de inserción laboral. Desde UNIR analizamos los tipos de fracaso escolar, cuáles son sus principales causas y cómo prevenirlo tanto en primaria como en secundaria.
España es el cuarto país de la OCDE con el porcentaje más elevado de repeticiones: 28,7 % frente al 11,4 % de media, según el último informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos; según las siglas en inglés: Programme for International Student Assessment), publicado en 2018 y en el que se miden las competencias de los alumnos de 15 años en matemáticas, ciencias y comprensión lectora.
Además, la tasa de abandono escolar temprano se sitúa en el 17,9 %, según la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2019, una cifra que ha disminuido en los últimos años pero que aún sigue muy por encima de la media europea (10,6 %). En este caso se contabiliza a aquellas personas que abandonaron los estudios entre los 18 y 24 años tras finalizar, como mucho, la ESO (un 7 % tampoco completó esta formación básica).
Principales tipos de fracaso escolar
El concepto fracaso escolar no siempre es aceptado entre la comunidad educativa por su fuerte carga negativa (Marchesi, El fracaso escolar en España, 2003) por lo que hay autores que proponen denominaciones como “alumnos con bajo rendimiento académico” o “estudiantes que abandonan el sistema educativo sin la preparación suficiente”.
El fracaso escolar se puede clasificar en cuatro tipos:
—Primario: aparece en los primeros cursos de escolarización con una falta de atención acentuada, bajo rendimiento, estancamiento respecto a otros compañeros… La detección temprana y seguimiento es fundamental para determinar las causas y evitar el fracaso escolar en primaria.
—Secundario: normalmente se manifiesta en las últimas etapas de Primaria y, especialmente, en el paso a Secundaria (a partir de los 12-13 años) entre alumnos que hasta ese momento obtenían buenos resultados académicos. El paso del colegio al instituto y/o la adolescencia son algunas de las causas más comunes del fracaso escolar en secundaria.
—Circunstancial: es transitorio y aislado, ya que aparece en un momento determinado por causas excepcionales (muerte de un progenitor, cambio de centro, problemas con los amigos…). Es fácil abordarlo si se identifican bien los motivos.
—Habitual: se da cuando los malos resultados académicos son lo habitual en todas las etapas educativas. Suele deberse por algún tipo de trastorno de aprendizaje, retrasos en el desarrollo, enfermedades neurológicas… o en familias muy desestructuradas en las que los niños no reciben ningún apoyo y viven situaciones graves desde pequeños.
Causas del fracaso escolar
Las causas del fracaso escolar tanto en Primaria como Secundaria son de índole muy diversa y van asociadas tanto al propio alumno como a su entorno, el sistema educativo y los docentes.
Alumno
—Problemas de aprendizaje: es un campo amplísimo que puede ir desde las dificultades motoras a la dislexia, pasando por la discalculia o TDAH.
—Discapacidad visual o auditiva.
—Falta de madurez: influye en la atención, memoria o asimilación de conceptos…
—Trastornos psicológicos: fobias, miedos acusados, temores… lo que puede desencadenar en problemas de socialización y dificultades para integrarse en el centro escolar.
—Acoso escolar: puede ser físico, verbal, relacional, a través de las redes sociales…
—Poca motivación o interés por lo que le enseñan.
—Dificultades para concentrarse.
—Adicciones: pueden aparecen en la etapa de Secundaria y no solo respecto al alcohol y drogas, sino también a las nuevas tecnologías.
Entorno
La familia es un aspecto clave en la educación para evitar el fracaso escolar y un abandono prematuro de los estudios. Así, puede influir:
—El nivel económico: los alumnos de sectores más desfavorecidos obtienen peores resultados académicos. Así, un informe de Save The Children a partir del estudio PISA 2018 recoge que el alumnado pobre repite hasta cuatro veces más que el de ingresos altos, lo que supone la diferencia más alta de toda la OCDE (solo por detrás de Eslovaquia).
—La formación y el nivel cultural de la familia.
—Su origen: los inmigrantes pueden tener más problemas por la dificultad por entender el idioma, por ejemplo.
—La falta de implicación y comunicación de los padres y madres con el colegio o instituto.
—Problemas graves en la estructura familiar: casos de adicciones, violencia de género, maltrato infantil, delitos, retirada de la patria potestad, ingresos en centros de menores…
—Ambiente familiar: la muerte o enfermedad de un familiar directo o un amigo, cambio de domicilio…
Sistema educativo
—Métodos obsoletos y que no conectan con los estudiantes actuales, todos ellos nativos digitales.
—Sistemas que priman la repetición de conceptos y no la creatividad.
—Condiciones del centro: una ratio elevada, la falta de infraestructuras adecuadas, recursos educativos…
—Falta de respuestas individuales: algo básico para adaptarse a las necesidades y ritmos de cada estudiante.
—Poca implicación y actualización en los métodos de los docentes.
—Inestabilidad del sistema: los cambios de leyes educativas provocan modificaciones en los planes de estudio, en las materias a impartir en cada curso, especialidades que deben asumir los profesores…
Cómo abordar y prevenir el fracaso escolar
Prevenir el fracaso escolar es una cuestión multidisciplinar en la que entran en juego el bienestar cognitivo, psicológico, físico y social. Como indica Wang and Degol (2016) “el clima escolar es un constructo multidimensional que representa prácticamente todos los aspectos de la experiencia personal”. Por eso, para atajar realmente esta cuestión entran en juego muchas variables que van más allá del ámbito estrictamente educativo. Aún así, cabe destacar:
Tratamiento individualizado y atención a la diversidad
El sistema educativo debería adaptarse a cada niño y no al revés. Si se aplican los mismos métodos a alumnos diferentes es probable que alguno acabe fracasando, incluso si es un estudiantes con altas capacidades. Tener en cuenta sus habilidades, problemas de aprendizaje o necesidades educativas especiales es básico. Para ello se requiere de una formación adecuada de los docentes para adaptar currículos y metodologías y la implicación de toda la comunidad educativa. La ratio por clase es fundamental para conseguir una atención lo más individualizada posible.
Detectar dificultades a tiempo
Relacionado con el aspecto anterior. Desde edades tempranas es vital observar y analizar aquellas cuestiones que pueden influir, años más tarde, en el fracaso escolar. Ante niños que no atienden nunca en clase, que muestran falta de interés, que suspenden de forma continuada, que no son capaces de leer con 8 años… hay que permanecer alerta y activar determinados protocolos porque pueden ser síntomas de enfermedades neurológicas, problemas en la familia, acoso escolar, etc. La detección precoz es primordial para implementar las medidas pertinentes (como adaptaciones curriculares).
Cambios en los métodos educativos
—Apostar por la innovación, la introducción de las TICs, no usar libros, potenciar la inteligencia emocional, el trabajo en equipo o el contacto con la naturaleza.
—Enseñar métodos de estudio: aprender a estudiar también requiere de orientación y sistemas personalizados.
Proporcionar información
Básico en la etapa de Secundaria. Conocer las diferentes opciones de estudio —tanto universitarios como de Formación Profesional— permite incentivar a aquellos alumnos con peores resultados. Si conocen todas las posibilidades para desarrollar una carrera profesional es más factible que alguna se ajuste a sus gustos y habilidades. En este sentido, el trabajo de los equipos de orientación es primordial.
Prevenir el fracaso escolar es vital para cualquier sociedad. Para conseguirlo, hay que tener en cuenta muchos actores y medios que van más allá de lo estrictamente material; una buena formación y especialización de los docentes es fundamental para atender las necesidades de todo el alumnado.